Piensa y luego actúa.

Todos tenemos esa sensación en algún momento, ese escalofrío que nos recorre cuando nos adentramos a lo extraño por primera vez. No sabemos que nos espera al otro lado, dudamos, a veces nos arriesgamos y otras veces no. Eso depende de cada uno, de nuestras decisiones. Al igual que podemos acertar, también nos podemos equivocar,  y eso es ley de vida, aprende a vivir con ello. Creo yo que a todos nos gustaría una vida dónde las decisiones estén ya tomadas a nuestro favor, sin tener que andar dudando, sin saber que hacer, nervios, estrés, locura... lo normal. Nos agobiamos y tendemos a cabrearnos con nosotros mismos, sin pensar. Deseamos una vida sin complicaciones, pero ¿De verdad sería una vida mejor? Qué si, que más fácil en cierto sentido, pero no sería lo mismo. Un día te despiertas y ya tienes todo planeado a raja tabla, no puedes hacer otra cosa que no sea lo que mandan tus instrucciones. Ya sabrías todo lo que te espera al otro lado, la vida se convertiría en un pleno aburrimiento. Ya no tendrías que descubrir nada, que muchas veces nos ayuda a ser más felices, la vida que habías querido lo descubrió por si sola. ¿Quieres algo? Pues no, porque eso no es lo mejor para ti, elegiste una vida sin complicaciones ¿No? Te aguantas.